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Cada vez hay más problemas de audición entre la población
“Desde muy temprano tuve que aislarme y vivir en soledad. Me era imposible pedirle a la gente que hablara más alto o gritara porque soy sordo”
Estas palabras son del músico y compositor Ludwig Van Beethoven, que en su libro Testamento de Heiligenstadt llegó a expresar su intención de querer quitarse la vida por haber perdido la audición.
Su historia es una de las más conocidas pero lo cierto es que en España hay más de 1.500 millones de personas con hipoacusia. Las estimaciones indican que en 2030 la cifra ascenderá a 2.500 millones de personas.
La exposición a ruidos altos y de manera prolongada es uno de los factores de este crecimiento y es que los más jóvenes están actualmente en riesgo por unos hábitos poco adecuados para la salud auditiva: conciertos, festivales, discotecas o uso prologado a volumen excesivo de auriculares.
Pero… ¿Qué cuál es el vínculo entre la sordera y padecer otras enfermedades?
Stefan Launer y Sophia E. Kramer, profesores de las universidades de Queensland y Ámsterdam respectivamente, han desarrollado una serie de investigaciones sobre los problemas que conlleva la pérdida de audición. Se centran en cuestiones como el desarrollo de la demencia con deterioro cognitivo, el alzhéimer o las enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores se han centrado en este tipo de dolencias porque quieren investigar de manera más profunda el impacto de los problemas de audición en el cerebro.
¿Por qué? Porque el ser humano no oye con los oídos, oye con el cerebro, por lo que éste juega un papel fundamental en la escucha y comprensión del habla, de ahí la relación inequívoca entre la hipoacusia y el deterioro cognitivo.
Stefan Launer y Sophia E. Kramer, profesores de las universidades de Queensland y Ámsterdam respectivamente, han desarrollado una serie de investigaciones sobre los problemas que conlleva la pérdida de audición. Se centran en cuestiones como el desarrollo de la demencia con deterioro cognitivo, el alzhéimer o las enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores se han centrado en este tipo de dolencias porque quieren investigar de manera más profunda el impacto de los problemas de audición en el cerebro.
¿Por qué? Porque el ser humano no oye con los oídos, oye con el cerebro, por lo que éste juega un papel fundamental en la escucha y comprensión del habla, de ahí la relación inequívoca entre la hipoacusia y el deterioro cognitivo.